Los cargadores de Indias eran prósperos comerciantes que ejercían su actividad comercial con las Américas en los siglos XVII y XVIII, eran españoles o extranjeros, pero se caracterizaban por unos gustos estéticos similares.
La ciudad de Cádiz sigue conservando la huella de estos comerciantes, y 17 puntos de gran interés histórico-turístico permiten al visitante adentrarse en aquellos años donde el Puerto de Cádiz era un referente para el tráfico de mercancías de las Indias.
Comenzamos nuestro paseo en la calle de Santo Domingo para llegar al Santuario de Nuestra Señora del Rosario, también llamada Iglesia de Santo Domingo, construida por los Dominicos para servir de alojamiento a estos frailes que iban o volvían de América.
Tomamos la calle Sagasta hacia el centro y llegamos a la Plaza de la Merced, a la puerta del Centro Municipal de Arte Flamenco, donde hay una escultura en bronce de Chano Lobato, un cantaor de flamenco que nació en el gaditano Barrio de Santa María en 1927.
Pasamos por la ya conocida plaza de San Juan de Dios donde se encuentra el Ayuntamiento un edificio de estilo Neoclásico e Isabelino, que refleja el esplendor que tuvo Cádiz en su comercio con las Indias.
La Casa del Almirante es una casas-palacio de un cargador a Indias. Se construyó a finales del siglo XVII y pertenecía a la familia del almirante de la Flota de Indias Don Diego de Barrios que no reparó en gastos: los mejores mármoles, columnas salomónicas…
Llegamos a la Catedral Nueva que se eleva sobre la altura de las casas. Comenzaron las obras en 1722, cuando Cádiz tenía un importante comercio con las Américas. Hay que subir a la Torre de Poniente desde donde se ve toda la ciudad.
Desde la Torre de Poniente, en la misma plaza de la Catedral, vemos la Iglesia de Santiago. En el año 1564, la Compañia de Jesús creó aquí un Colegio. En 1596, Cádiz sufrió el asalto y saqueo por las tropas anglo-holandesas y el Colegio tuvo que reedificarse. Hoy, sólo queda la iglesia. Subimos por la calle de la Compañía hasta la Plaza de las Flores, un lugar muy concurrido de Cádiz, se venden flores, obvio, pero también hay mucho comercio, churrerías donde desayunar, lugares para tapear, freidurías donde tomar el pescaito frito, está el Mercado de Abastos, el edificio de Correos… un lugar muy vivo. Al ladito, el Mercado. Siempre es muy interesante ver el mercado de una ciudad para conocerla un poco mejor y este mercado desde luego es un lujo. Pasear por esos puestos con esa riqueza de frutas, verduras, pescados… tan abierto y tan alegre.
Subimos por la calle Hospital de Mujeres hasta encontrar… eso, el Hospital de Mujeres. En 1598, sólo había un hospital en Cádiz, tenía 20 camas y sólo 2 de ellas destinadas para mujeres. Al ser un sitio tan frecuentado por el comercio con las indias, se vio la necesidad de crear más camas para mujeres pues éstas acababan muriendo por los portales. Se empezó a construir en 1634 lo que se llamó Hospitalito de las Mujeres, pero el actual fue levantado entre 1736 y 1749.
La Torre Tavira pertenece a una de esas casa-palacio típicas de cargadores de Indias, el Palacio de los Marqueses de Casa Recaño. Es una torre mirador del siglo XVIII y tiene una cámara oscura que, mediante espejos que dirigen la luz, se ve toda la ciudad de Cádiz alrededor de la torre. Un ‘entretenimiento’ ciertamente muy curioso.
La Calle Ancha era una de las más importantes de Cádiz en el siglo XVIII, y como su nombre indica, era la más ancha. Desemboca en la Plaza de San Antonio. Aquí se han concentrado numerosos palacios, y arquitectura singular, como la Casa de los 5 Gremios, que tiene un balcón apoyado sobre cabezas de león, neoclásica del siglo XIX.
Tiene en el centro una estatua del famoso general Espoz y Mina, de ahí el nombre de Plaza de la Mina. En esta misma plaza está el Museo de Cádiz. Cuando en 1887 se encontró el famoso sarcófago antropoide fenicio inmediatamente se creó un Museo Arqueológico para custodiarlo. Luego se unió con el de Bellas Artes pasando a llamarse desde entonces Museo de Cádiz.En el Museo de Cádiz hay una planta dedicada a los títeres de la Tía Norica otra parte de la historia de la ciudad con sueños de niñez que llena de magia los recuerdos de muchos.
Vamos hacia la Plaza de San Francisco, alegre y animada, desde la que salen calles que conducen hacia todos los lugares del Cádiz viejo.